jueves, 18 de octubre de 2007

El saqueo de piezas religiosas y arqueológicas destruye el patrimonio latinoamericano.

Las obras de arte religioso y las piezas arqueológicas de América Latina están entre las más codiciadas por los traficantes, quienes en su afán de riqueza provocan el deterioro del patrimonio cultural y artístico de la región.
Argentina, uno de los países latinoamericanos que registra un aumento de robos de su patrimonio cultural y artístico en los últimos años, recuperó hoy ocho mapamundis de 1482 robados de la Biblioteca Nacional de España.
Perú, México y Brasil se suman a esta lista de naciones que han visto reducida su riqueza cultural por este tipo de "desapariciones".
En Perú, donde el saqueo de bienes del patrimonio artístico y cultural es un grave problema, cada año son expoliados cientos de objetos que son vendidos en el mercado del arte en el extranjero, mientras numerosas piezas arqueológicas son robadas por traficantes internacionales.
El caso más célebre es el de la ciudadela inca de Machu Picchu, encontrada por el explorador estadounidense Hiram Bingham, quien en 1912 se llevó del país, en calidad de préstamo, 5.000 piezas, que hasta ahora permanecen en la Universidad de Yale, la cual hace solo unas semanas aceptó que pertenecen al Estado peruano.
Otro de los países donde hay un alto índice de robos es México, donde entre 1999 y 2006 fueron hurtados 964 objetos artísticos religiosos, de los cuales solo 190 (un 19,7%) fueron recuperados, según fuentes oficiales.
Además, 10.485 de las 35.000 zonas arqueológicas del país han sido saqueadas, es decir, el 30 por ciento del total.
Centenares de obras del patrimonio de Brasil han sido robadas de iglesias, según la Policía Federal de este país, donde también se registran hurtos de libros, grabados, pinturas y objetos antiguos, que son sustraídos de museos y bibliotecas.
El mayor blanco de estos criminales son las obras sacras y barrocas de la época de la colonia portuguesa, que son mantenidas en desprotegidas iglesias de las ciudades históricas.
En Argentina el drástico aumento de robos llevó a que el presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes, Jorge Taverna, instara a la sociedad a que defienda sus bienes frente a la "irresponsabilidad" gubernamental.
Dentro de estos hurtos destacan los relojes del general Manuel Belgrano, uno de los héroes de la independencia nacional, y de los ex mandatarios Agustín Pedro Justo (1932-1938) y Nicolás Avellaneda (1874-1880), así como el bolígrafo de oro del ex presidente Roberto Ortiz (1938-1942).
La principal razón de estos robos se debe a la falta de condiciones de seguridad en los locales donde permanecen los objetos patrimoniales.
El suceso más destacado en los últimos años en Ecuador ocurrió el sábado pasado, cuando al menos seis personas sustrajeron una valiosa custodia del siglo XVIII del Museo de Arte Religioso del Convento de las Madres Concepcionistas Franciscanas de la ciudad de Riobamba.
Uno de los hurtos más recientes en Colombia fue el de cinco cuadros religiosos pintados en los siglos XVII y XVIII sacados en enero del 2006 de la Iglesia de San Juan de Dios, del centro de Bogotá, con la complicidad del vigilante, y recuperados tres meses después antes de ser enviados a Europa.
En Panamá alrededor de 292 piezas de oro y orfebrería del Museo Antropológico Reina Torres de Araúz de la capital fueron sustraídas en 2003.
En algunos países centroamericanos como El Salvador y Honduras son comunes casos de hurtos de piezas del patrimonio religioso de templos católicos, imágenes de la Virgen María y santos.
En Bolivia el viceministerio de Cultura lleva un registro desde 1964 del robo de 1.239 objetos patrimoniales, la mayoría de ellos pinturas coloniales, además de platería, joyas y esculturas.
Esta nación recuperó 56 tejidos ceremoniales conocidos como los "textiles de Coroma" entre 1992 y 1996 y también objetos de su patrimonio decomisados en Japón, Argentina y Perú.
Las autoridades paraguayas también han recuperado valiosas piezas, como el cuadro "Tete de femme" del francés Adolphe Piot (1850-1910) y las tallas "Santa Bárbara" y "San José con el Niño Jesús", que datan del siglo XVII.
Además, partituras y un cuaderno de notas del renombrado compositor paraguayo Agustín Pío Barrios "Mangoré" (1885-1944).
Chile recibirá posiblemente en noviembre varias momias de la cultura atacameña, que floreció en el Desierto de Atacama y parte de los actuales territorios de Bolivia y Argentina, tras haber permanecido desde 1919 en el Museo Nacional del Indígena Americano, de EE.UU.
Fuente: EFE.

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