martes, 27 de marzo de 2007

RECLAMACIÓN DE 400 OBRAS AL MUSEO DE ISRAEL

RECLAMACIÓN DE 400 OBRAS AL MUSEO DE ISRAEL

Piden al Museo de Israel que devuelva 400 obras a las víctimas del Holocausto.

Una organización gubernamental encargada de localizar y restituir bienes que pertenecieron a víctimas del Holocausto, ha pedido al Museo de Israel que devuelva 400 obras, informa el diario israelí Haartez. La mayoría de estos cuadros tiene poco valor -muchos son retratos pintados por artista de la Escuela Académica alemana en el siglo XIX- y se encuentra en los almacenes del museo, pero también hay alguna obra maestra, en particular una de Egon Schiele, "Die Stadt" (la ciudad). Pero, también hay obras de artistas de primera fila como Alfred Sisley, Max Liebermann o Moritz Oppenheim. Estos cuadros fueron robados por los nazis a coleccionistas judíos y, al final de la II Guerra Mundial, fueron encontrados en unas minas de sal del sur de Alemania por las fuerzas armadas de EEUU que se las entregaron a una organización creada para restituir a los herederos de las víctimas del Holocausto los bienes perdidos. En 1951 la colección fue enviada al Estado judío y en 1965 entregada al Museo de Israel, fundado ese año. Desde entonces nadie había reclamado las obras y una Comisión parlamentaria del Parlamento o Kneset israelí, que se encargó entre el año 2000 y 2005 de buscar y restituir propiedades perdidas por judíos de Europa durante la II Guerra Mundial, no se ocupó de ellas. Sin embargo, ahora, las reclama una organización gubernamental que no ha tratado directamente con los herederos de los propietarios y que tiene intención, en los casos en los que no los encuentre, de vender los cuadros y dedicar las ganancias a fondos de ayuda para las víctimas del Holocausto. El Museo se ha mostrado dispuesto a negociar la entrega y próximamente pondrá las obras en internet para que puedan ser reclamadas. La portavoz del Museo de Israel, Rachel Schechter, dijo al diario que: "cualquier reclamación legal será considerada con la debida seriedad".

Fuente: Agencia EFE.

DECISIÓN JUDICIAL SOBRE OBRAS DE ARTE EN LA ÉPOCA DE LA ALEMANIA NAZI

DECISIÓN JUDICIAL SOBRE OBRAS DE ARTE EN LA ÉPOCA DE LA ALEMANIA NAZI.
Una alta corte alemana rechazó jueves la demanda de restitución a los familiares de un médico nazi de obras de arte confiscadas por la ocupación soviética tras la Segunda Guerra Mundial, en un fallo que podría sentar un precedente para la resolución de casos similares.
Gustav Schuster, un ginecólogo que trabajó en las cortes nazis que ordenaron la esterilización de mujeres discapacitadas como parte de la ambición de Adolf Hitler de crear una "raza superior," había recolectado cientos de pinturas, gráficos y grabados.
Las piezas, entre las cuales se encuentra una obra del impresionista alemán Max Liebermann, eran vilipendiadas por los nazis por su procedencia judía y fueron confiscadas por las fuerzas soviéticas de ocupación en 1945.
No está claro cómo Schuster obtuvo las obras de arte.
Los familiares de Schuster, quienes distribuyeron discursos de propaganda del Partido Nazi, solicitaron la devolución de las obras de arte después de la Reunificación Alemana en 1990, dando inicio a una batalla legal que se extendió por varios años.
En el veredicto final, la mayor corte administrativa de la ciudad de Leipzig dijo que no había razones para la restitución, debido al prominente rol de Schuster en el Partido Nazi como promotor de su ideología.
"El objetivo de esta función fue el de propagar la ideología del Nacional Socialismo," señaló la corte en un comunicado.
Los demandantes argumentaron que Schuster, quien murió en 1950 en un campo de detención soviético en Alemania Oriental, había sido nazi pero que se desempeñó como funcionario de bajo rango y que no cometió ningún crimen en contra de la humanidad ni quebrantó leyes.
Alemania ha intentado reducir el número de demandas similares al negar la restitución de derechos de propiedad a nazis que apoyaron el régimen de Hitler o cometieron graves crímenes.
Schuster se convirtió en una importante figura de la rama local de los nazis en Sajonia, en el este de Alemania, y se unió al partido en 1930, tres años antes de que Hitler llegase al poder.
Expertos legales han señalado que el fallo podría sentar un precedente.
El periódico alemán Sueddeutsche Zeitung citó el jueves al Ministerio de Finanzas cuando afirmó que podría haber miles de demandas por restitución o compensación por parte de descendientes de funcionarios nazis que corren el riesgo de ser rechazadas.

Fuente: Reuters.

OBRAS EXPOLIADAS: MUSEO DE BREMEN

EL MUSEO DE BREMEN DEVUELVE OBRAS EXPOLIADAS POR LOS NAZIS.
El Kunsthalle de Bremen ha devuelto el cuadro "Madonna con niño", de Bartolomeo Vivarini, en calidad de arte expoliado, explicó hoy el museo alemán, que anunció su intención de recuperarlo previo pago de 40 mil euros, a los herederos de Jacob y Rosa Oppenheimer.

El Kunsthalle de Bremen adquirió el cuadro "Madonna con niño", de Bartolomeo Vivarin -artista renacentista italiano (1432-1491)-, en una subasta celebrada en Berlín en 1935 que, según averiguó más tarde la institución, vendió obras en su mayoría expropiadas a judíos por las autoridades nazis.
El museo contactó a los herederos de los Oppenheimer a principios de 2006.
"Aunque ya no podrían hacer valer sus derechos, la asociación de arte se siente éticamente obligada -de acuerdo con la Conferencia de Washington de 1998- a restituir a los herederos del matrimonio Oppenheimer el valor del cuadro", explicó una portavoz.
El Kunsthalle confía en la ayuda de patrocinadores, ya que -como la mayoría de los museos alemanes- tiene problemas de liquidez y no dispone del suficiente dinero para afrontar la readquisición del cuadro que Vivarini pintó en torno a 1470.
En Alemania hay nerviosismo desde que "Berliner Strassenszene" (Escena callejera berlinesa) , tela que Ernst Ludwig Kirchner pintó en 1913 e integró la colección del Museo Brücke desde 1980 hasta el pasado 27 de julio, fue devuelta a los herederos del coleccionista judío Alfred Hess pese a no estar claro si había sido expropiada o vendida.
Una docena de museos alemanes afrontan demandas similares de restitución de herederos de judíos que huyeron y se vieron obligados a vender a toda prisa sus pertenencias o les fueron arrebatadas por los nazis.
El ministro de Cultura, Bernd Neumann, reiteró en noviembre que el Gobierno alemán responderá a las demandas de restitución de obras de arte expoliadas a judíos durante el periodo nacionalsocialista.

Fuente: Efe

lunes, 26 de marzo de 2007

Introducir Discriminación

(Xavier Sala i Martín - La Vanguardia, 17 Marzo 2006)
Imagínense que, a un empresario egoísta que sólo busca beneficios, se le aparecen unas trabajadoras ofreciendo la misma productividad que los empleados masculinos cobrando, eso sí, un 40% menos. Tentadora ganga, ¿no creen? De hecho, tan tentadora que si fuera cierto, otros empresarios competirían para contratarlas (cosa que, de paso, haría subir los salarios femeninos al alza hasta eliminar la diferencia del 40%.)
Según datos de la OCDE, la retribución media anual femenina de los países desarrollados es entre un 20% y un 50% inferior a la masculina. Algunos creen que esto demuestra la existencia de discriminación y algunos gobiernos incluso intentan corregir la situación obligando a las empresas a tener una cuota mínima de mujeres en los puestos de mayor responsabilidad y remuneración. El problema de identificar diferencias salariales medias (repito, medias) con discriminación es que éstas existen desde hace décadas, y si la productividad de la mujer es idéntica a la del hombre y su salario un 40% inferior, ¿por qué los empresarios no se han peleado por contratar trabajadoras?
Una posible explicación es que los empresarios odian tanto a las mujeres que están dispuestos a perder dinero con el fin de no contratarlas si no es a un salario inferior. Puede ser. Pero otra explicación es que no es cierto que la productividad media masculina y femenina sean idénticas desde el punto de vista empresarial.
Numerosos estudios han intentado explicar por qué las mujeres tienden a cobrar menos en casi todos los países del mundo. Uno de los más recientes es el de O’Neill y O’Neill (del National Bureau of Economic Research). El estudio constata que, en Estados Unidos no sólo el salario por hora femenino es un 23,5% inferior al masculino, sino que el salario medio de los blancos es un 33,9% superior al de los negros. Los O’Neill demuestran que los afroamericanos cobran menos porque tienen mayor propensión a vivir en zonas rurales donde los salarios son más bajos (eso explica un 6,2% de la diferencia de 33,9%), tienen unos niveles de educación inferiores (lo explica otro 9,1%), obtienen notas inferiores en la escuela (un 12,4%) y tienen menos experiencia ya que se pasan más tiempo fuera del mercado laboral (lo que explica otro 5,3%). Tras tener en cuenta todos esos factores, resulta que blancos y negros cobran lo mismo.
A pesar de ser interesantes, estos factores no explican por qué los salarios medios femeninos son inferiores ya que las mujeres no tienen una mayor propensión a vivir en zonas rurales, ni tienen menos educación, ni sacan peores notas. Los O’Neill demuestran que uno de los elementos explicativos es que la mujer tiende a abandonar el mercado laboral temporalmente para tener y criar a sus hijos y eso reduce su experiencia. Si se tiene en cuenta esto, el diferencial baja de 23,5% a 12,1%. Otro factor es que las mujeres tienden a querer trabajos con más flexibilidad y con menos estrés (como trabajos a tiempo parcial o en ONGs) y eso reduce el diferencial hasta el 7,9%. El resto se podría atribuir a la discriminación… aunque también pueden existir elementos de difícil medición como la inferior “dedicación” –entendiendo por ello, el no querer quedarse en la empresa hasta altas horas de la madrugada porque hay que cuidar a los niños, la menor disponibilidad a la hora de viajar, etc.
El estudio de los O’Neill apunta a que la verdadera diferencia entre hombres y mujeres proviene del distinto papel juegan dentro de la familia: por alguna razón, son muchas más las familias que deciden que será la mujer la que irá a buscar a los niños al colegio (y por tanto, la que tendrá menos flexibilidad en su trabajo), la que renunciará a empleos que conlleven viajes o largas horas o la que abandonará el mercado laboral durante meses cuando se tienen hijos. Y como la dedicación y la flexibilidad son características que se valoran económicamente, quien las acepta (y en este caso tiende a ser el hombre), acaba cobrando más. Corroborando la hipótesis del rol familiar está el hecho de que mujeres solteras y sin hijos cobran lo mismo (de hecho, un poco más) que los hombres solteros y sin hijos.
La pregunta es si las cuotas que el gobierno intenta imponer a las empresas corrigen el supuesto problema. Y aquí pienso en mi sector: la universidad. Imagino a un profesor joven que ha trabajado día y noche durante años para publicar en las mejores revistas del mundo y, a la hora de decidir su promoción, se le niega la oportunidad y se escoge a una mujer que tiene menos publicaciones… pero que sirve para cubrir la “cuota” de catedráticas femeninas. Si esto pasara, sería una enorme injusticia ya que la beneficiada no obtendría la plaza por sus calificaciones sino por su sexo. Y eso sí que sería pura discriminación.
Si el problema es que el gobierno piensa que, cuando las familias actúan en libertad, tienden a tomar decisiones equivocadas (o “poco modernas”), entonces lo que hay que hacer es intentar convencer a los ciudadanos de las bondades de la alternativa. Eso sí, después de asegurarse de que todos tienen acceso a una buena educación que garantice la igualdad de oportunidades (cosa que, hoy en día, me parece que en España está más o menos conseguido) y de que, una vez garantizada, los mejores puestos van a las personas que más se los merecen, sean hombres o mujeres.
Lo que no parece apropiado es que cuando a los ministros no les gusten las decisiones que libremente toman las familias, intenten corregirlas a base de… introducir discriminación.